El Diseño Gráfico y la Revolución Informática

d.i. Nicolás Branca

Designer

Alguien dijo que la materia está compuesta de tres dimensiones: masa, energía e información. Si hiciéramos la historia de la masa nos encontraríamos con la construcción de las ciudades, los ejércitos y las murallas; en la historia de la energía entraría la máquina a vapor, la electrificación, en fin, la revolución industrial. Ahora vivimos la revolución de la información que funciona con la masa y la energía, y que determinará en adelante los acontecimientos de la vida de la sociedad.

En lo que concierne al diseño gráfico, está revolución de la información, con Internet y la televisión a la cabeza generó en este tiempo una enorme densidad de información visual, que se ha desbordado invadiendo de manera nunca vista el terreno de otras disciplinas. Este proceso generó y genera nuevos cruces, además de dejar al diseño gráfico como una práctica ya no exclusiva de los diseñadores gráficos, si alguna vez lo fue (la popularidad de la computadora, y de los programas de autoedición gráfica se han multiplicado de forma inimaginables, cada ama da casa es potencialmente una diseñadora gráfica, por no hablar de oficinistas, arquitectos, artistas y otros). Incluso si el diseño de lo diseñadores no genera respuestas significativas, será dentro de un tiempo uno más de los diseños para elegir en el catálogo.

A la vista de esto es que hoy es casi imposible definir con exactitud los límites de nuestra profesión. Cada agente vinculado con nuestro campo sostendrá el que más le convenga, los agentes económicos, culturales, académicos. E incluso agentes externos como los medios de comunicación o el Estado por nombrar algunos. Pero lo cierto es que es cada vez es más problemático hablar de diseño gráfico, un supuesto arte aplicado cuyos expertos últimamente no se cansan de generar autoproyectos. Como tantos otras disciplinas artísticas o profesionales el diseño llegó a la edad de madurez, de auto conciencia, superando ingenuidades varias.

Hoy estamos lejos de los ideales de objetividad proclamados por el diseño de los 50, el cartesianismo y positivismo ingenuo del diseño suizo es desde cierta perspectiva obsoleto como idea, lo que no implica que muchos de sus hallazgos sobrevivan, algunos incluso totalmente tergiversados, la Helvética por ejemplo ya no es función sino estilo, y su estética es consumida como una más entre las posibles. En definitiva la vida se ha revelado mucho mas diversa de lo que podíamos imaginar.

Hay un artículo muy lindo de Baudrillard que creo yo viene al caso, habla sobre una de las tantas partidas de ajedrez entre Kasparov y una computadora, Deep Blue, el título es “Deep Blue o la melancolía del ordenador”, en él el autor reflexiona acerca de las diferencias entre el hombre y la computadora, en esa especie de batalla virtual en que se han enfrascado por demostrar quién es superior, en uno de los pasajes, comentando la victoria, tal vez momentánea de Kasparov, dice así “si Kasparov ha ganado es porque metafóricamente es capaz de hablar varias lenguas: las del afecto, de la intuición, de la estratagema, en una palabra: del juego, sin contar el cálculo, mientras que Deep Blue solo habla la del cálculo. El día en que ésta prevalezca, sea cual sea, Kasparov será vencido. El día en que el hombre hable esta misma y única lengua, la de los ordenadores, será vencido”.

Es interesante utilizar esta metáfora para aplicarla al campo del diseño gráfico. De un lado las técnicas de medición, las estadísticas, los estudios de mercados, los diagnósticos y las bibliotecas de soluciones, es decir el terreno de las computadoras, del otro lado la sensibilidad, la capacidad de juego, de innovación, de azar, e incluso o sobre todo de error, es decir el terreno del hombre. Por un lado el terreno en donde la informática tiene las de ganar, por el otro, el espacio donde el ser humano es insustituible.

La alienación de la producción masificada nos ha llevado a un punto en que se piensa como máquina y se trabaja como máquina. Pero este modo de encarar la praxis, no solo a nivel de diseño gráfico, sino también de arquitectura, cine, y muchas disciplinas más, que surge desde una concepción de formulas bien aprendidas, una concepción de procesamiento de datos, es decir de las sofisticadas herramientas de medida y cálculo mercantil (que son también tecnologías y expresiones de nuestro tiempo), ha empobrecido la vida de los individuos.

Hay que enriquecer la práctica del diseño gráfico, el diseñador debe salir de la aparente firmeza de su feudo y dialogar tanto con otras disciplinas como con la realidad misma. Y ya no por altruismo sino por supervivencia. Yo creo que es en la dirección opuesta al purismo y al “profesionalismo” hacia donde debemos movernos para que desde la disciplina se generen respuestas que justifiquen su existencia.

Con la tecnología siempre se gana algo, y se pierde algo, en estos momentos parece que la velocidad, el marketing y la masificación han adormecido la capacidad de muchos profesionales de diferentes disciplinas de incluir en su trabajo ese algo más, que muchas veces es el placer del hacer, el placer de ejercer una profesión. La pregunta es si será posible un espacio mas protagónico para la sensibilidad dentro del ámbito del diseño gráfico. Este es a mi modo de ver el partido que deberá jugar el diseño para no transformarse en otra cosa, para no pasar a ser simplemente una herramienta informática, un interfase, una operación realizada por computadoras o por personas que actúan como ellas.

A continuación presentaré algunos ejemplos de trabajos hechos por diseñadores gráficos, diseñadores – artistas, artistas o diseñadores músicos. Son propuestas que dialogan con otras disciplinas, propuestas abiertas, incluso a la autogestión, o que proponen caminos diferentes de los habituales. En definitiva trabajos que considero hechos con una sensibilidad diferente a la norma, y es por eso que los seleccioné y me interesaría compartirlo con ustedes. Están incluido también algún trabajo hecho en nuestro estudio.

Lista de diseñadores convocados: Marco Caltieri, Chocadores, Gerardo Goldwasser, Adela Casacuberta, I+D_diseño, LOGO.

“Identidad Visual de la Arquitecta Sofía Borba Pinczak”