Prof. Paolo I. G. Bergomi
Presidente Asociación Latinoamericana de Diseño – ALADI
“Personalmente llevo una vida conviviendo con el diseño y viviendo de él. Hoy me siento con la voluntad de compartir algunas reflexiones, a la vez espero, a partir de ahora, poder contar con las de ustedes para hacerlo y progresar juntos en el intento.
No necesariamente hoy, pero les propongo como conveniente y responsable el poder llevarnos la tarea para el hogar.
“Recuerdo cuando hace 14 años ingresamos por primera vez al edificio del que sería el Centro de Diseño de Montevideo, recuerdo cuantas expectativas y cuantos proyectos en curso. Verifico ahora los resultados de tanto esfuerzo, del aporte de la cooperación de Italia, de sus expertos e invitados, de sus directivos, docentes y alumnos, de sus egresados, quienes en el conjunto posicionaron al Centro en la primera línea de la innovación en el continente.”
Estas reflexiones quizás suenen como “lugares comunes”, es que de eso se trata, son tan comunes que casi no nos damos cuenta. Pero, que, al asumirlas y enfrentarlas, contribuirán a construir un sentido progresivo de la vida y por ende a definir ese mismo sentido de vida.
Se nos presenta la absoluta necesidad, diría obligación, de reposicionar el diseño en el contexto del continente y de los tiempos, hacerlo conforme a nuestras propias latitudes, o sea, latidos y aptitudes. Darle el contenido en el continente.
Definirnos, darnos cuenta, te amo, no te amo. Son las acciones que tenemos por delante.
¿Que hacemos con mas de 150.000 profesionales y estudiantes de diseño en Latinoamérica?
Solo en la ciudad de Buenos Aires hay cerca de 5.000 diseñadores, en su gran mayoría sin trabajo; este año , en la sola Universidad de Buenos Aires ingresaron 3.000 estudiantes en la carrera de Diseño de Indumentaria, y en la ciudad hay mas universidades.¿Nos damos cuenta de esta masa crítica fluctuante y vivaz? Agregaría voraz.
¿Qué hacen ellos ? ¿ Qué harán? Repito como lugar común ¿qué hacemos nosotros ?
Es una cifra dinámica , dramática, en crecimiento. ¿ En qué contexto sucede este crecimiento? ¿En qué sociedad? ¿ En qué sistema productivo ? ¿Vamos a seguir promoviendo a que los diseñadores se conviertan en productores que no saben producir enfrentados a millones de productores que no saben diseñar ? Ni unos ni otros fueron formados o desarrollaron su saber hacer para esto.
Todos deberíamos tener en claro que existir en nuestra América Latina no es un hecho menor. Si realmente lo asumimos, habremos ganado puntos en la estrategia de supervivencia y podremos ingresar, con la esperanza de mantenernos, en la privilegiada clase de los honrosos sobrevivientes.
Estos planteos nos confirman que tenemos la obligación de generar nuevos horizontes para la profesión y los horizontes son para volar.
En sociedades en las cuales las gestiones de gobierno han quedado históricamente, refiriéndome con especial aplicación a nuestras tierras del sur, y por decirlo gentilmente, en manos de generales y abogados, ¿no les parece que sería posible evaluar la perspectiva de instalar diseñadores en los puntos de decisión?¿Por que no ?
O acaso las metodologías de análisis de los problemas y ataque de las soluciones que aprendimos y ejercitamos en nuestra profesión , no pueden aplicarse a la solución de problemáticas tan cotidianas como las que afectan a nuestras comunidades.
¿Que nos impide pensar en una sociedad del diseño? Y ¿qué nos impide buscar las formas del instalarla? Ni que decir de una sociedad diseñada…
Quizás el principal problema seamos nosotros mismos y nuestra lamentable individualidad. Enfrentémosla.
Reflexionemos sobre esto, porque además y desde un punto de vista práctico sería un concreto nicho de oportunidades de trabajo, el cual, estamos seguros de poder cumplirlo y por supuesto bien.
Esta dimensión es la que deseo compartir con ustedes.
Latinoamérica se nos brinda áspera, dulce y agria a la vez. Desafiante con un mercado de 450 millones de habitantes. Un territorio esencialmente nuestro, pero deseado por muchos otros, una plaza a definir conforme a nuestros propios atavismos, en la cual los diseñadores deberían saber instalarse y defender sus capacidades. En la cual los centros de enseñanza deberían prepararlos estratégicamente para tales objetivos.
El diseño puede y debería ofrecerse al conjunto de la sociedad, no como una panacea universal, ni una versión bíblica de la salvación, pero si como una necesaria respuesta humano-tecnológica a los múltiples conflictos y necesidades que la afectan.
Debemos saber ofrecer diseño , para el desarrollo competitivo de la pequeña y media industria, hasta ahora nunca suficiente ni sinceramente apoyada , solo válida de mencionar al momento de los votos, pero descartable en el momento de definir las políticas de crecimiento de un país. En realidad de todos los países del continente.
Debemos saber ofrecer diseño, para el rescate de su fuerte cultura artesanal, encaminada a una prostitución comercial destructiva. Aportando las metodologías del diseño para la preservación de sus técnicas productivas, para la puesta en valor de sus identidades culturales, para optimizar su comercialización, obteniendo un beneficio genuino para sus productores y por supuesto para los diseñadores.
Debemos saber ofrecer diseño, como el instrumento de gestión de las empresas , de la valorización del saber hacer de sus fuerzas del trabajo, a través de las exigencias y beneficios de la capacitación constante, del desafío creativo, de la innovación y de la puesta en valor de su historia patrimonial.
Somos concientes que estos ofrecimientos se enfrentan a la indiferencia y la hostilidad provenientes de una sociedad una ausencia de reconocimiento. La creatividad, la valorización del trabajo y su gratificante compensación han sido y siguen siendo no ponderados en su conjunto. Y si bien las universidades comprometen su esfuerzo en este territorio, incluso formulando propuestas de tiempos anticipados, no encuentran una respuesta definitiva.
Las figuras de apoyo tecnológico y de promoción hacen su aporte posible, e incluso las instituciones de la sociedad civil se encuentran en pleno debate sobre los nuevos perfiles de acción. El cambio es el eje del conjunto.
Concretamente resulta claro que cada uno de los escenarios enunciados son apropiados para intervenir.
Será todo un desafío poder definirlos, siendo que es parte intrínseca de todo desafío el poder ganarlo, haciéndolo, daremos justificativo a nuestra razón de ser.
El desarrollo es esencialmente un proceso de desenvolvimiento de latitudes, aptitudes y latidos, nacionales. Seamos nuestros dueños, seamos dueños de nuestro desarrollo.
Por suerte esta todo por hacer.
Hagámoslo y al hacerlo, volemos lo mas alto que podamos.